La insonorización de una vivienda es una comodidad que aumenta la calidad de vida de sus ocupantes y, en muchos casos, es necesaria debido al ruido exterior, como un aeropuerto cercano o el tránsito de vehículos. El límite de decibelios que se pueden soportar de manera aceptable con 65, aunque en una vivienda se ha establecido que de día pueden ser 35 y 30 en horario nocturno, así que toda vivienda que reciba más que esa cifra debe plantearse seriamente la insonorización.
Antes de insonorizar una vivienda o estancia en particular hay que saber con exactitud de dónde procede el ruido y tener en cuenta que no se podrá eliminar por completo pero sí amortiguarlo en gran medida. También es muy importante el presupuesto del que dispongas, el tiempo y la posibilidad de hacer una reforma en tu casa para poder insonorizarla, algo que hay que hacer para que los resultados ofrezcan garantías. Para ello se coloca un material aislante de ruido entre la pared por donde proviene el mismo y el propio cuarto.
La solución más práctica y utilizada para reducir el ruido exterior es la colocación de ventanas insonorizadas o ventanas de doble ventanal o acristalamiento, son un remedio muy eficaz sin necesidad de realizar la obra, aunque está claro que no tanto como el colocar un material aislante en las paredes. El mejor material es la masa, ya que colocar una capa de cemento, ladrillo o plomo aísla mucho más que cualquier otro material como el vidrio o el cristal. Otros materiales como el corcho o los aglomerados de madera y fibras minerales son igual de efectivos y menos engorrosos, al igual que el poliestireno expandido o la espuma de poliuretano.